La banda

Álex Santos

En algún momento de mi infancia me caí por las escaleras de mi casa con una flauta dulce en la boca, en consecuencia tengo una visible cicatriz entre las cejas y mi dentadura no salió tampoco bien parada. Creo que empecé a tocar la guitarra solo por que mi hermano me lo prohibió, esas cosas de primero de psicología siempre funcionan conmigo. Mi hermana me regalo un disco de los Ramones, yo no sabía quienes eran los Ramones pero ese disco era mío, aunque tampoco lo escuchase ni nada. Empecé tocando el bajo porque era más fácil entrar en una banda si tocabas cuatro cuerdas que si tocabas seis, aunque yo, solo tocaba dos. Toqué en algunos grupos, fue divertido, aprendí muchas cosas de eso. Ahora toco la guitarra, mal, pero la toco, la agarro como el que agarra por primera vez un arma de fuego, no se muy bien que hacer con ella, pero lo intento.

Pedro Avilés

La música siempre estuvo presente en mi vida. Crecí entre los vinilos de mi tío y cuando yo tenía 14 años se compró una batería y ahí empieza mi adicción. La tenía en una buhardilla en el mismo edificio donde yo vivía y todos los días subía a tocar. Desde entonces hasta ahora sólo tuve un parón de 20 meses entre los 19 y 21 años pero el día que la toqué por primera vez supe que este amor duraría toda la vida. Mis amigos dicen que me gusta todo, y es posible ya que la curiosidad que sentía hacia el mundo cuando tenía 4 años es la misma que siento hoy día. Me gustan las ciencias, aunque no he estudiado nada más que música, porque me encanta entender el funcionamiento de las cosas y me flipa más todavía hipotetizar sobre el funcionamiento del universo. Patinar (skater de los 80 ́s así que me toca odiar a los rollers 😀), hacer snowboard y surfear se llevan el resto de mi atención y son otras cosas de la vida que me tienen tan enganchado como la música. No podría hacer lo uno sin hacer lo otro.

Yago Santos

Descubrí muy pronto que me gustaba la música y, al pertenecer a una familia numerosa con hermanos mayores disfrutando “la Movida”, y tener un padre que escuchaba folklore latinoamericano con guitarras españolas y corales con muchas armonías, me lancé a estudiar música de manera oficial, presentándome por libre a exámenes de Conservatorio de piano y solfeo. Esa oficialidad no me duró demasiado, pero luego continué mi desarrollo por el método del ensayo/error y jugando mucho con gente que estaba aprendiendo, y también en casa con mis hermanos, que lo pasábamos francamente bien experimentando con el concepto de la improvisación humorística. Siempre me han llamado la atención los “trucos” de producción que utilizaban los productores de todas las décadas, tanto de arreglos estrictamente musicales, como de sonido; que conseguían engancharme incluso a grupos y formaciones que hoy en día me provocan cierto sonrojo al recordarlo. Ahí empecé a tener inquietudes sobre las formas de grabación y la técnica, lo que me llevó a estudiar Sonido y a trabajar en ello en todas sus vertientes hasta el día de hoy. Todo esto unido a lo que algunos conocemos como “La Universidad del Local de ensayo”, me han generado una manera de afrontar la música y el sonido que se basa sobre todo en el paradigma de “Tómatelo en serio y diviértete con ello, pero no vale solo una de las dos cosas” y en el de “ Varias mentes creativas unidas, siempre son más poderosas que una sola, independientemente del grado de conocimiento de cada una de ellas por separado”. Para mí lo más importante es la canción, por encima del instrumento.

Quike Chaparro

Me gusta el humor, y soy curioso por naturaleza. De profesión antropólogo, padre de dos criaturas y tengo un doctorado de esos. Trabajo por libre, colaboro e investigo de muchas formas sobre la Cultura de los humanos. Tengo pasiones, como el fútbol, el cine y sobre todo la música. Llevo dentro la influencia de los discos que escuchaban mis hermanos mayores desde que nací. Luego le pillé el gusto a los que escuchaban mis padres, y ahora me flipan los que escuchaban mis abuelos. Así es como he sacado mi sonido. Todos ellos me han aportado alguna enseñanza. Son muchos estilos, épocas, artistas, géneros y subgéneros los que conforman mi amplio arco de gustos musicales. Todos y cada uno de ellos son influencia en mi forma de tocar de un modo u otro.

Sentí el latigazo de hacer música pronto, me influenciaron mucho los hermanos mayores de mis amigos, ver gente cercana que lo hacía. Así me entró el gusanillo… siempre lo he llevado conmigo y espero que dure hasta el final, aunque solamente sea para tocar Blues y beber cerveza los domingos por la tarde.