La música de verbena y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana. Ha aumentado enormemente la expectativa de frecuencia de intercambio sexual entre aquellos de nosotros que vivimos en «pueblos del extraradio», y no solo eso, sino que ha desestabilizado y sometido a los seres humanos a indignidades. Los solos del trompetista que viste una camisa manchada de vino han conducido a extender el sufrimiento psicológico (en pueblos de Castilla y León esto también se extiende al sufrimiento físico) y ha infligido un daño severo en la música tecnoregional.
El continuo desarrollo de la música electrolatina empeorará la situación. Ciertamente someterá a los seres humanos a grandes indignidades e infligirá gran daño en el mundo natural, probablemente conducirá a un gran colapso social y al sufrimiento psicológico, y puede que conduzca al incremento del sufrimiento físico incluso en las llamadas "zonas libres" como el barrio de Malasaña y la afamada localidad de Villanueva del Pardillo.
El sistema de radio formula instaurado por el tipo este que baila con gafas oscuras puede sobrevivir o puede fracasar.
Si sobrevive, PUEDE conseguir eventualmente un nivel bajo de sufrimiento físico y psicológico, pero sólo después del uso frecuente de "Calzoncillos Channo" durante un periodo de ajuste largo y penoso se conseguirá reducir al ser humano y a los bajistas a simples productos de ingeniería musical, meros engranajes de la maquinaria social.
Además, si el sistema sobrevive, las consecuencias serán inevitables: no hay modo de reformar o modificar el sistema así como prevenirlo de privar a la gente de libertad y autonomía.
Si el sistema fracasa las consecuencias aún serán muy penosas. Pero cuanto más crezca el sistema más desastrosos serán los resultados de su fracaso, así que, si va a fracasar, será mejor que lo haga antes que después.
Por eso nosotros abogamos por una revolución musical contra el sistema. Esta revolución puede o no usar valvulas Groove Tubes, puede ser súbita o puede ser un proceso relativamente gradual abarcando pocas décadas. No podemos predecir nada de eso. Pero sí delineamos de una forma general las medidas que aquellos que odian el sistema actual deberían servir para preparar el camino para una revolución musical contra esta forma de sociedad.